ESCULTURA DE MESOPOTAMIA. Las primeras esculturas descubiertas en la Mesopotamia datan del 5000 a.C. y son en su mayoría figuras de barro muy similares a las de las Venus prehistóricas encontradas en el resto de Europa. En el milenio siguiente se refleja una estilización de las formas tendientes al naturalismo y se encuentran piezas en mármol tales como bustos, estelas conmemorativas y relieves.
La más importante es la estela encontrada en Lagash, considerada la más antigua del mundo en cuanto que en ella aparece por primera vez la narración figurativa de una batalla. Las estatuas más típicas son figuras de hombre o mujer de pie, llamados orantes, ataviados con largas túnicas con las manos tomadas a la altura del pecho, siendo la cara la parte más llamativa del conjunto por el relieve de los ojos normalmente realizados con piedra. En cuanto a los relieves, estos han sido de una importancia fundamental para comprender la historia, la iconografía religiosa y el ceremonial de los pueblos mesopotámicos. Existían varios tipos, entre ellos los esculpidos en la piedra y los realizados sobre ladrillos esmaltados como es el caso de los pocos restos encontrados de la famosa "Puerta de los dioses" (de hecho, eso significa Babilonia) y los de arcilla. Dependiendo del pueblo y de la ciudad los temas y los estilos variaban: durante las dinastías acadia y persa la temática era la narración de la victoria de los reyes, mientras que en tiempos de los babilonios se preferían las representaciones de las divinidades o de las tareas cotidianas del pueblo.
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