ARTE CINÉTICO
Expresión adoptada hacia 1954 para designar las investigaciones fundadas en la utilización del movimiento real (obtenido por la intervención física del espectador, por la de un elemento natural o por la de un motor) -en tanto que el tema del movimiento figurado está presente en la pintura desde hace mucho tiempo y preocupa tanto al Cubismo como al Futurismo. Si bien parece que se experimentaron producciones cinéticas hacia 1912, por Larionov y Archipenko, las construcciones de Gabo y de Moholy Nagy (...) de Marcel Duchamp y los móviles de Calder, para componer la prehistoria del cinetismo. Profundamente marcado por el entorno tecnológico de los cincuenta, tematizado en la exposición “Le Mouvement- (El movimiento) (...) cristaliza con la aparición del manifiesto del GRAV (Propuestas sobre el movimiento, 1961). Este último es reflejo, por su organización colectiva y su gusto por la eficacia, del Groupe Zero de Dusseldorf y del arte programado, (...) El arte cinético se preocupa inicialmente por el cálculo, la estricta determinación de los movimientos que deben ser producidos y el abandono de todo romanticismo en el arte; reúne, de hecho, un conjunto de concepciones y trayectorias desparejas, tal como queda de manifiesto, en 1967, en la exposición Luz y movimiento (MAMVP): ciertas obras permanecen frontales, otras se afirman como juegos de volúmenes más o menos animados (...), en tanto que investigaciones más arriesgadas intentan comprometer no sólo la mirada del espectador sino también el conjunto de su presencia física (recorridos organizados por el GRAV) o desmultiplican sus efectos en espejos para constituir entornos engañosos. En estos últimos casos, el arte cinético, con sus recursos tecnológicos, apunta al establecimiento de inéditos condicionamientos psico-sensoriales. El modernismo de sus materiales (neón, aluminio, acero cromado, plástico, etc.) y la definición de los efectos que se han de obtener, corren el riesgo, sin embargo, de pasar al primer plano, en ausencia de todo sentido atribuido a la animación producida: la apreciación de las obras debe realizarse entonces más en términos de ingenio que de logro artístico. Aún cuando pretende realizar una “síntesis” de las antiguas artes (pintura, escultura, relieve), el arte cinético da testimonio de un período histórico que descubre en su euforia algunas de las aportaciones de una naciente tecnología, condenada no obstante a una rápida obsolescencia. En consecuencia, sus mejores representantes son finalmente aquellos que le encuentran aplicaciones monumentales, donde por tanto, desaparece todo elemento mecánico, o aquellos que sólo continúan utilizando motores para animar algo diferente de las formas y sus simples reflejos (Tinguely, Takis).
Gerard Duroizoi.- Diccionario del Arte del S. XX.Ed. Akal. 1997 Págs. 30-31
Arte Cinético
"El calificativo cinético fue empleado por primera vez en el Manifiesto realista de Gabo y Pevsner en 1920. Más tarde, Moholy-Nagy y Kemeny utilizaron el término dinámico para referirse,... a los sistemas en movimiento. Posteriormente las obras de Calder fueron definidas por Duchamp como móviles, ... A partir de los años sesenta la expresión sirve para definir ciertas tendencias artísticas como el Arte cinético, consagradas ya en los últimos años, desde 1966...
El término cinético -del griego kinesis, movimiento- se refiere a aquellas realizaciones cuyo principio básico es el movimiento. Esta dinamicidad, virtual o real, mecánica, óptica o ambiental, puede ser prevista por el artista o bien provocada de manera incontrolada y origina la forma plástica de las realizaciones cinéticas. El cinetismo introduce el valor espacio-temporal en el núcleo del arte.
El Arte Cinético puede presentar dos modalidades: la del movimiento espacial, denominado cinetismo, y la lumínica, espacial o no, llamada luminismo. Esta última tendencia surgió a finales de los años cincuenta alcanzando su máxima notoriedad ... en París en 1967. Es característico de este movimiento su progresivo abandono de los materiales y soportes convencionales de la pintura y la escultura, y su aproximación a los modelos industriales y científicos, así como el uso de sistemas operativos. (...)
Varios autores: El arte del S. XX (1950-1990).Salvat. Barcelona, 1990. Tomo 2º. pág. 254
LA ESCULTURA CINÉTICA.-
“...Agam, Bury, Calder, Duchamp, Jacobsen, Soto, Tinguely y Vaserely, a pesar de sus diferentes expresiones artísticas, persiguen un mismo objetivo: introducir el movimiento en la pintura o la escultura.
El indiscutible precursor de este arte cinético es Marcel Duchamp.
En 1913 ya había creado un “ready made” animado que consistía en una rueda de bicicleta con su horquilla fijada en un taburete. Luego, en 1920, construyó un aparato óptico, movido por un motor cuyas aspas de vidrio casi causaron la muerte de Man Ray, quien colaboraba en su construcción, al salir disparadas en fragmentos debido a la fuerza centrífuga. (...)
Otro precursor es Alexander Calder con sus hoy célebres “móviles”.
Estos, inventados en 1932, se componen de varillas metálicas y de chapas pintadas que se mantienen en precario equilibrio y que se agitan como las hojas de un árbol al menor soplo de aire. (...)
El movimiento introduce una novedad importante: la posibilidad para una obra de arte de volver a crearse indefinidamente. Su aparición en el mundo del arte constituye una innovación tan espectacular como el nacimiento de la perspectiva en el S. XV, la cual, al contrario, intentaba fijar las formas en el espacio. (...)”
VVAA.- El arte del S. XX. Salvat. 1990. 2º tomo. pág. 64
Arte cinético y de la máquina.-
Bielas y ruedas dentadas inspiraron a los dadaístas -Picabia, en el que la máquina a menuda está asociada a la mujer; Duchamp, para quien el material estandarizado produce la propia obra-, a los futuristas italianos, apasionados por el movimiento, y a la vanguardia rusa. La máquina se lanza al asalto de los cuadros, figura desollada, disecada, en representación. En la misma época, la escultura se hace máquina: Marcel Duchamp, Naum Gabo y Tatlin abren el camino a las esculturas cinéticas actuales.
Pese a que Tinguely propone máquinas de dibujar (Meta-Matic), la máquina en sí misma es la que se convierte a la vez en creadora y en obra de arte. (...)
El entusiasmo de principios de siglo se difumina, la máquina amenaza y el artista protesta. César comprime un coche, como para luchar contra la civilización tecnicista. Claes Oldemburg la ridiculiza por medio de un ventilador gigante y blando. Incluso entre los experimentadores más “tecnológicos” la máquina desaparece, como desaparece el artista, tras la informática....”
Expresión adoptada hacia 1954 para designar las investigaciones fundadas en la utilización del movimiento real (obtenido por la intervención física del espectador, por la de un elemento natural o por la de un motor) -en tanto que el tema del movimiento figurado está presente en la pintura desde hace mucho tiempo y preocupa tanto al Cubismo como al Futurismo. Si bien parece que se experimentaron producciones cinéticas hacia 1912, por Larionov y Archipenko, las construcciones de Gabo y de Moholy Nagy (...) de Marcel Duchamp y los móviles de Calder, para componer la prehistoria del cinetismo. Profundamente marcado por el entorno tecnológico de los cincuenta, tematizado en la exposición “Le Mouvement- (El movimiento) (...) cristaliza con la aparición del manifiesto del GRAV (Propuestas sobre el movimiento, 1961). Este último es reflejo, por su organización colectiva y su gusto por la eficacia, del Groupe Zero de Dusseldorf y del arte programado, (...) El arte cinético se preocupa inicialmente por el cálculo, la estricta determinación de los movimientos que deben ser producidos y el abandono de todo romanticismo en el arte; reúne, de hecho, un conjunto de concepciones y trayectorias desparejas, tal como queda de manifiesto, en 1967, en la exposición Luz y movimiento (MAMVP): ciertas obras permanecen frontales, otras se afirman como juegos de volúmenes más o menos animados (...), en tanto que investigaciones más arriesgadas intentan comprometer no sólo la mirada del espectador sino también el conjunto de su presencia física (recorridos organizados por el GRAV) o desmultiplican sus efectos en espejos para constituir entornos engañosos. En estos últimos casos, el arte cinético, con sus recursos tecnológicos, apunta al establecimiento de inéditos condicionamientos psico-sensoriales. El modernismo de sus materiales (neón, aluminio, acero cromado, plástico, etc.) y la definición de los efectos que se han de obtener, corren el riesgo, sin embargo, de pasar al primer plano, en ausencia de todo sentido atribuido a la animación producida: la apreciación de las obras debe realizarse entonces más en términos de ingenio que de logro artístico. Aún cuando pretende realizar una “síntesis” de las antiguas artes (pintura, escultura, relieve), el arte cinético da testimonio de un período histórico que descubre en su euforia algunas de las aportaciones de una naciente tecnología, condenada no obstante a una rápida obsolescencia. En consecuencia, sus mejores representantes son finalmente aquellos que le encuentran aplicaciones monumentales, donde por tanto, desaparece todo elemento mecánico, o aquellos que sólo continúan utilizando motores para animar algo diferente de las formas y sus simples reflejos (Tinguely, Takis).
Gerard Duroizoi.- Diccionario del Arte del S. XX.Ed. Akal. 1997 Págs. 30-31
Arte Cinético
"El calificativo cinético fue empleado por primera vez en el Manifiesto realista de Gabo y Pevsner en 1920. Más tarde, Moholy-Nagy y Kemeny utilizaron el término dinámico para referirse,... a los sistemas en movimiento. Posteriormente las obras de Calder fueron definidas por Duchamp como móviles, ... A partir de los años sesenta la expresión sirve para definir ciertas tendencias artísticas como el Arte cinético, consagradas ya en los últimos años, desde 1966...
El término cinético -del griego kinesis, movimiento- se refiere a aquellas realizaciones cuyo principio básico es el movimiento. Esta dinamicidad, virtual o real, mecánica, óptica o ambiental, puede ser prevista por el artista o bien provocada de manera incontrolada y origina la forma plástica de las realizaciones cinéticas. El cinetismo introduce el valor espacio-temporal en el núcleo del arte.
El Arte Cinético puede presentar dos modalidades: la del movimiento espacial, denominado cinetismo, y la lumínica, espacial o no, llamada luminismo. Esta última tendencia surgió a finales de los años cincuenta alcanzando su máxima notoriedad ... en París en 1967. Es característico de este movimiento su progresivo abandono de los materiales y soportes convencionales de la pintura y la escultura, y su aproximación a los modelos industriales y científicos, así como el uso de sistemas operativos. (...)
Varios autores: El arte del S. XX (1950-1990).Salvat. Barcelona, 1990. Tomo 2º. pág. 254
LA ESCULTURA CINÉTICA.-
“...Agam, Bury, Calder, Duchamp, Jacobsen, Soto, Tinguely y Vaserely, a pesar de sus diferentes expresiones artísticas, persiguen un mismo objetivo: introducir el movimiento en la pintura o la escultura.
El indiscutible precursor de este arte cinético es Marcel Duchamp.
En 1913 ya había creado un “ready made” animado que consistía en una rueda de bicicleta con su horquilla fijada en un taburete. Luego, en 1920, construyó un aparato óptico, movido por un motor cuyas aspas de vidrio casi causaron la muerte de Man Ray, quien colaboraba en su construcción, al salir disparadas en fragmentos debido a la fuerza centrífuga. (...)
Otro precursor es Alexander Calder con sus hoy célebres “móviles”.
Estos, inventados en 1932, se componen de varillas metálicas y de chapas pintadas que se mantienen en precario equilibrio y que se agitan como las hojas de un árbol al menor soplo de aire. (...)
El movimiento introduce una novedad importante: la posibilidad para una obra de arte de volver a crearse indefinidamente. Su aparición en el mundo del arte constituye una innovación tan espectacular como el nacimiento de la perspectiva en el S. XV, la cual, al contrario, intentaba fijar las formas en el espacio. (...)”
VVAA.- El arte del S. XX. Salvat. 1990. 2º tomo. pág. 64
Arte cinético y de la máquina.-
Bielas y ruedas dentadas inspiraron a los dadaístas -Picabia, en el que la máquina a menuda está asociada a la mujer; Duchamp, para quien el material estandarizado produce la propia obra-, a los futuristas italianos, apasionados por el movimiento, y a la vanguardia rusa. La máquina se lanza al asalto de los cuadros, figura desollada, disecada, en representación. En la misma época, la escultura se hace máquina: Marcel Duchamp, Naum Gabo y Tatlin abren el camino a las esculturas cinéticas actuales.
Pese a que Tinguely propone máquinas de dibujar (Meta-Matic), la máquina en sí misma es la que se convierte a la vez en creadora y en obra de arte. (...)
El entusiasmo de principios de siglo se difumina, la máquina amenaza y el artista protesta. César comprime un coche, como para luchar contra la civilización tecnicista. Claes Oldemburg la ridiculiza por medio de un ventilador gigante y blando. Incluso entre los experimentadores más “tecnológicos” la máquina desaparece, como desaparece el artista, tras la informática....”